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Foto del escritorMiquel Flexas

La historia de un sueño hecho realidad… Innova Mallorca

Con la resaca todavía y el cansancio latente tras 5 días de finalizar el congreso, me gustaría compartir con vosotros la historia de un sueño hecho realidad para agradecer el apoyo a todos y cada uno de los que hicieron posible el evento.

Todo empezó hará casi un año, cuando a la vuelta de las JGA en el Colegio Valle del Miro de Madrid una idea se empezó  a fraguar en mi cabeza. Llevaba más de un año viajando por toda España, disfrutando de diferentes encuentros de educación donde he conocido a grandes docentes a los que al igual que a mí, les gusta compartir su trabajo para mejorar la educación. También llevaba mucho tiempo realizando formaciones, tanto para centros concertados gracias a la Fundación Maecenas o Escoles Catòliques, o en centros públicos gracias a los CEPs tanto de Palma, como Inca y Manacor. Y la sensación siempre era la misma agridulce. Me explico.

Alrededor de España en esos eventos no se juzgaba si los docentes eran de centros públicos o de centros concertados y/o privados. Simplemente se compartían experiencias, en las formaciones que he tenido la suerte de dar sucedía lo mismo. Pero aquí, la sensación era otra. Dependiendo quién organizara el evento había unas palabras u otras, y esta guerra creo que no nos pertenece, no es nuestra. Y uno de los primeros objetivos que tenía en mi cabeza era aunar en un evento a docentes de alrededor de todas nuestras islas sin el cartelito de público o concertado.

Como he dicho antes, el hecho de viajar para conocer realidades de otras comunidades autónomas me ha permitido conocer a grandes docentes y las redes sociales seguirlos prácticamente de forma diaria, para establecer una relación virtual de amistad con ellos para compartir nuestro trabajo con el único pretexto de mejorarlo día a día, por y para ellos. Sé que mucha gente confunde este hecho con el de autohacerse publicidad de sí mismo, bueno como en todos los gremios hay de todo para todo, pero la moda del Yo-Yo se ve desde lejos  y al final esos mismos quedan retratados. De ahí saqué mi segundo objetivo, traer a los mejores, o al menos a los que yo considero especialistas en su campo y que a mí personalmente me han ayudado en mi trabajo diario y he aprendido muchas cosas de ellos.

Con la idea en la cabeza tocaba la parte más difícil, hacerla realidad, y para ello se necesita dinero. No quería que se convirtiera en un congreso de educación cuyas entradas son prohibitivas, quería que fuera asequible para todos y de primer nivel. Tampoco quería sacar provecho económico de ello, solo disfrutar de la compañía de grandes entusiastas de nuestra profesión compartiendo nuestra gran labor. La primera piedra en este proyecto la puso, Bel Mestre, mi representante educativa o mi madre putativa, comercial de la editorial Vicens Vives que siempre me ha apoyado en todo. Ella se subió al carro, y con su fuerza e ilusión por hacer cosas a pesar de estar prejubilada consiguió que toda la editorial se ilusionara.

Tras ella, tocaba tocar otra puerta. Una puerta a la que estoy orgulloso de pertenecer, la Fundación Maecenas. Y estoy orgulloso por todo lo que me ha aportado a nivel profesional y por el calor humano de todos los que trabajan en ella. Su cabeza visible es José Navalpotro que siempre ha confiado en mí, y que cuando le conté mi idea, no solo la apoyó si no que me dio las llaves y me hizo entrar en la Fundación como Director de Proyectos en Palma de Mallorca.

Ahora tocaba la parte más difícil, crear un programa atractivo en base a cinco pilares. Cada pilar debía contener una ponencia y estar relacionado con una serie de talleres, esta era mi idea. Y los pilares también los tenía claros:

  1. Metodologías activas

  2. Futuro de la educación: Robótica, programación e Inteligencia Artificial

  3. Evaluación

  4. Tecnología

  5. Neurociencia

Así que con esta idea clara a la cabeza me vinieron diferentes nombres para intentar traerlos con un presupuesto muy limitado, tenía que convencerlos. Y ninguno me dijo que no. Sé que pesó más el aspecto humano que el económico y siempre se lo agradeceré eternamente a todos ellos.

Primero intenté cerrar a aquellos que más confianza tenía, y Javier Espinosa fue el primero en apuntarse al bombardeo. En base a él, se fueron cerrando el resto. A algunos los había desvirtuado hacía poco, a otros todavía no los conocía personalmente pero los seguía por las redes. Todos me dijeron que sí, y cerré un programa de formadores de fuera de nuestras islas muy potente y atractivo a mi forma de ver y con un presupuesto muy reducido.

Me gustaría contar una anécdota, que para mí, fue uno de los momentos más especiales durante los preparativos del congreso. ¿Cómo conseguí a Miguel Ángel Santos Guerra? Supe de su existencia en el posgrado de Innovación Educativa de la Fundación Maecenas en uno de los módulos de evaluación, en un video de 7′ quedé fascinado, no solo por lo que decía si no también por cómo lo hacía, y esos siete minutos me hicieron cambiar mi forma de ver la educación y la importancia que tiene un cambio de mirada en la evaluación. Entonces lo busqué por todo, las redes, la web… y solo encontré un blog y un anuncio de su jubilación en la Universidad de Málaga. Nadie tenía su contacto, y nadie lo conocía personalmente. Llamé a la universidad y me dijeron que el cartel era de hacía un año y que ya estaba jubilado. Al final, tras hablar con varias personas, me dieron su correo electrónico. Y en cuestión de una semana me contestaba que estaría encantado de asistir, la alegría fue máxima.

Con el gran elenco de ponentes y talleristas confirmados, y la idea de realizar el congreso durante el mes de abril del 2019, tocaba decidir para cuántas personas y dónde. El primer aforo que pensé fue que no hubiera aforo, piensa a lo grande. Mi idea era el Palacio de Congresos y utilizar las aulas del Col·legi El Temple para realizar los talleres. Para que se cumplieran todas las condiciones anteriores debía proponer a la Consellería que participara como entidad organizadora así conseguir de forma gratuita el emplazamiento. Debo decir que el trato tanto con Jaume Ribas, director general de Innovación Educativa, como el conseller Martí March, ha sido siempre exquisito y han colaborado en cuanto han podido para que se llevara a cabo el congreso, aunque las cosas podrían haber salido mejor.

En el momento de la propuesta, por el mes de mayo del pasado año, la respuesta fue positiva. Intentarían conseguir el palacio de congresos, serían entidad organizadora y facilitaría la acreditación de horas a los asistentes. Pero finalmente el palacio de congresos estaba ocupado, y se acabó acordando el conservatorio de música y el IES Madina Mayurqa como emplazamiento para la realización de los talleres. Se cumplía el aspecto de capacidad y era público. Además ambos buscábamos el mismo  objetivo, aunar profes independientemente donde estuvieran trabajando.

En septiembre la situación dio el primer vuelco. Con el presupuesto cerrado, los ponentes y formadores confirmados para esas fechas. La Consellería se desmarca del congreso porque han decidido montar su propio congreso para compartir experiencias entre docentes de les Illes Balears para el mes de enero, en el palacio de congresos. Un congreso en el que participe y disfruté mucho de conocer los grandes proyectos que se hacen en los diferentes centros de nuestras islas. Me tocó cerrar el congreso en una mesa redonda en la que se intentó desvirtuar uno de los grandes objetivos que tenía el evento. Lee aquí lo que sucedió.

Tocaba buscar un emplazamiento, gratuito para 400 personas. Además de intentar buscar la forma de homologar las horas de los profesores que asistieran a las jornadas. Para ello, la organización del congreso debía ser por una entidad colaboradora de la Consellería y en esos momentos ni la Fundación Maecenas ni Vicens Vives lo eran.

Toque muchas puertas en busca de una solución para que se llevara a cabo el congreso, y una de ellas fue la de la UIB donde tanto Joan Frau como Miquel Oliver me ayudaron y pusieron a su disposición cualquier solución que fuera posible, y agradezco un montón su colaboración en esos momentos difíciles.

Toni Frau director del Lluís Vives fue el encargado de solucionar el tema del emplezamiento, fue el único lugar que encontramos donde se podía tener acceso a un salón de actos y a las aulas de forma gratuita y sin que el presupuesto aumentara de forma ostentosa. Además puso a nuestra disposición un catering de lujo a precio irrisorio, ese sería el que finalmente marcaría el precio de la entrada al congreso.

Solo quedaba como homologar las horas. Entonces nos reunimos con Rafel Maura, cap de servei del servei de formació, homologació i capacitació, y nos explicó los pasos a seguir para que la Fundación Maecenas fuera entidad colaboradora de la Conselleria. Era el último gran escollo, y finalmente ¡lo conseguimos!

Ya solo quedaban los detalles, y cuántoooos detalles!? La página web, una buena difusión del evento para llegar a todos los docentes, preparación de las acreditaciones, organización de cada uno de los talleres, compra de billetes y reserva de hotel para los ponentes y talleristas… y un largo etcétera de cosas.

Y cuando todo estaba listo, a tres semanas del congreso, dos editoriales celosas por la difusión, intentaron sabotear el congreso, sin éxito. Molestas por el mensaje que difundió la Consellería en la weib.caib amenazaron con denunciar si la conselleria ayudaba económicamente a la organización del congreso. Lástima que nunca pedimos un euro y por tanto su intento cayó en caso roto. No nombraré a quiénes intentaron sabotear el trabajo de un año pero debo darles la razón en una cosa. En el congreso se vendieron libros, muchos… y todos ellos de Miguel Ángel Santos Guerra. Un éxito.

Yo no disfruté del congreso, el estrés me hizo quedarme sin voz, y el gran número de cosas de las que estar pendiente no me dejó darme cuenta de las buenas sensaciones que dejó. El formulario de evaluación y el tiempo han hecho que esté muy satisfecho con como funcionó todo. El aplauso que recibí tanto al inicio como al final del congreso, no fue para mí. Fue para todas esas personas que han colaborado activa o pasivamente para que esto fuera posible. Para todos aquellos formadores que prácticamente de forma altruista dejaron sus familias y prepararon unos talleres de primer nivel (así lo dicen las encuestas). Para mi mujer y mi hijo, que tuvieron que soportar mi trabajo y mis nervios, y que además, mi mujer trabajó de forma muy activa, antes durante y después del congreso, juntamente con Miquel Cánovas subdirector del Col·legi Sant Josep Obrer que formó parte de la organización y que su trabajo fue fundamental en los días previos y durante el congreso. Para las comerciales de Vicens Vives que se apuntaron a esta locura y trabajaron sin descanso para que todo saliera perfecto, Bel, Maria, Antònia, Ana i Sonia, mil gràcies. Y por último a todos mis compañeros de profesión que disfrutaron de la jornada,  que me apoyaron mientras trabajaba, que me echaron una mano cuando lo necesite o que simplemente hicieron su valoración en el formulario de homologación tras el congreso, he leído todas las opiniones y que debemos hacer para mejorar.

Tras el congreso, la pregunta es… ¿volveremos? Y la respuesta es rotunda. Como bien ha dicho José Navalpotro en la valoración en su blog sobre el congreso: Innova Mallorca sigue vivo, volveremos.

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